Introducción
Cuando piensas en justicia social, ¿qué teviene a la mente? Para muchos, la respuesta puede ser protestas o concentraciones. A menudo nos vienen a la mente imágenes de personas reunidas en plazas públicas, alzando la voz al unísono.
Pero la justicia social va más allá de las protestas. Se trata de crear una sociedad en la que todos tengan la oportunidad de prosperar. Se trata de garantizar que todos tengan voz y que esas voces sean escuchadas.
Y durante muchos años, la Plaza del Comercio ha sido uno de los espacios más importantes para la justicia social en Barcelona. Esta plaza ha sido testigo de innumerables protestas y concentraciones, y fue aquí donde el pueblo de Sant Andreu se levantó contra los militares durante la Semana Trágica de 1909.
La Plaza del Comercio de Barcelona
La Plaza del Comercio de Barcelona es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.
Es conocida popularmente como la plaza del reloj por el gran reloj de pared que hay a la vista Una fuente negra de hierro colado ocupa el centro de esta plaza, punto neurálgico del tejido asociativo del barrio. En esta plaza se encontraba el viejo Casinet de l'Avenç, hoy desaparecido, donde Ignasi Iglésias estrenó algunas de sus obras literarias más importantes.
Pero, ¿sabías que también ha sido el centro de algunas de las mayores protestas y revueltas de la ciudad?
En 1909, durante la Semana Trágica, la plaza fue el punto de encuentro de los vecinos de Sant Andreu. Se reunieron aquí para planificar sus acciones y distribuir armas. Cuando se difundió la noticia de que el ejército estaba en camino, la multitud se agitó aún más y prendió fuego a la iglesia parroquial de Sant Andreu de Palomar.
La Semana Trágica de 1909
Recuerdas la Semana Trágica, ¿verdad? Fue aquella semana de protestas y levantamientos que tuvo lugar en Barcelona en 1909. Todo empezó cuando los militares españoles mataron a dos trabajadores durante una protesta pacífica en la Plaza del Comercio.
A partir de ahí, la situación no hizo más que empeorar. Los barceloneses se echaron a la calle y la plaza se convirtió en el centro de toda la acción. Se hicieron planes, se distribuyeron armas y, en poco tiempo, se incendió la parroquia de Sant Andreu de Palomar.
Fue una época oscura para Barcelona, pero la Plaza del Comercio desempeñó un papel vital en todo ello. Recuerda su historia la próxima vez que pases por allí. Es un recordatorio de lo que es posible cuando la gente se une para luchar por sus derechos.
Cómo la Plaza del Comercio se convirtió en un centro de rebelión
La plaza del Comercio en Sant Andreu ha sido uno de los lugares predilectos de encuentro para los vecinos desde siempre. Durante la Semana Trágica (1909), esta plaza se erigió como el centro de la rebelión. Desde aquí se planearon las acciones y se repartieron las armas. Con la noticia de que los militares estaban a punto de llegar, los ánimos se exaltaron aún más y la multitud concentrada en la plaza decidió prender fuego a la parroquia de Sant Andreu de Palomar.
Restaurar la justicia social hoy con el legado de la Plaza del Comercio
En el año 2009 se celebró el centenario de la Semana Trágica y con ello el papel fundamental que tuvo la Plaza del Comercio para restaurar la justicia social en aquellos días. Hoy, después de 111 años, su legado continúa vivo entre nosotros y nos motiva a seguir luchando por un mundo mejor.
En la actualidad, la Plaza del Comercio acoge a numerosas actividades comunitarias que reflejan los ideales de aquellos que hicieron historia hace más de un siglo: protestas por justicia social, manifestaciones por la igualdad de derechos y reuniones de vecinos para preservar el barrio. Esto nos recuerda que nuestras acciones individuales tienen repercusiones globales. Así que cada vez que pases por esta plaza recordemos su legado y estemos dispuestos a seguir luchando por la justicia social, ahora como entonces.
Conclusión
La plaza siempre ha sido un punto de encuentro central para la gente del barrio de Sant Andreu. Durante la Semana Trágica (1909), esta plaza fue el centro de la revuelta. Desde aquí se hacían los planes y se distribuían las armas. Cuando se difundió la noticia de la llegada de los militares, los vecinos de la plaza se exaltaron aún más y la multitud decidió incendiar la parroquia de Sant Andreu de Palomar.